sábado, 14 de agosto de 2010

ALPACAS PROTEGEN MEDIO AMBIENTE

Alpacas son las especies mejor adaptadas para aprovechar la escasa y fibrosa vegetación de los ecosistemas de montaña (San Martín y Bryant, 1987).

Las alpacas se clasifican dentro de los animales rumiantes, estos animales presentan características digestivas, anatómicas y funcionales que les permi­ten obtener energía y proteínas a partir de alimentos no utilizables por el hombre, siendo por ello no competitivos.
Las características morfológicas y funcionales no son motivo de esta revisión, no obstante se entregan algunas descripciones generales de los principales mecanismos de adaptación al medio ambiente, en lo referente a la nutrición y alimenta­ción de las alpacas.
Conducta de pastoreo

Las alpacas en general tienen un patrón de comporta­miento de pastoreo diferente de las demás especies, presentando características especiales como la pe­queñez de las patas, con una almohadilla plantar que sostiene en forma balanceada un cuerpo ágil y liviano, esto permite que las praderas naturales no se deterioren con el pisoteo. Por otra parte al reali­zar la prehensión de los pastos no lo hacen jalando o arrancando la vegetación como los ovinos, bovinos y caprinos, sino que llevan a cabo un corte que conserva mejor el estrato herbáceo (Bustinza, 1986).
Estudios experimentales han indicado que el consumo de pastos, comparativamente con el ovino, es menor para mantener y hacer posible la producción de una determinada unidad de cuerpo. También se ha observado que al ser pastoreados en pastos frescos y cultivados, no presentan timpanis­mo, fenómeno generalizado en otras especies ru­miantes (Bustinza, 1985).
Las alpacas prefieren las zonas más húmedas para alimentarse, ingiriendo una alta proporción de hojas, lo que aumenta aún más en la época lluviosa, en cambio las llamas hacen una selección de gramí­neas altas y fibrosas. En general se acepta que la alpaca prefiere pastorear forrajes que crecen en terrenos húmedos y la llama prefiere pastorear sec­tores más xeromórficos (Raggi, 1989).

En relación a la conducta de pastoreo en el seca­no mediterráneo, actualmente sólo se conocen los antecedentes entregados por Simonetti y Fuentes (1981), que estudiaron el efecto del guanaco en semicautiverio sobre el matorral, por su conducta de ramoneo, comparándolo con cabras y conejos. Según estos autores el efecto sobre la vegetación arbustiva de la zona central se puede reflejar en 2 situaciones, la primera un proceso de defoliación y la segunda la destrucción de plántulas de los arbus­tos. El efecto de eliminación de plántulas obtenido por estos autores, indica que la cabra y el conejo eliminan masivamente las plántulas de arbustos ubicadas entre árboles adultos, en cambio el guana­co tendría muy poco efecto sobre las plántulas de arbustos. Por otro lado, el consumo de arbustos por parte del guanaco también es bajo, lo que lleva a la conclusión de que los guanacos son esencialmente pastoreadores y el ramoneo no es una conducta importante en su relación trófica con la vegetación.
Composición botánica de la dieta.

La alpaca consume mayormente gramíneas altas en la estación de lluvias y gramíneas bajas en la esta­ción seca (Tapia y Lazcano, 1970). En compara­ción con el ovino, la alpaca selecciona más las gramíneas altas que las bajas. En pasturas cultiva­das los ovinos consumen 2,6 veces más legumino­sas que los CSA, esto puede explicar en parte el hecho de que en los CSA no se registran casos de timpanismo, cuando pastorean áreas con altos por­centajes de leguminosas.
La llama selecciona más las gramíneas altas y fibrosas en comparación con la alpaca y el ovino. San Martín y Bryant (1987); Cardozo (1954); Fran­klin (1982), basados en observaciones visuales, señalan que la llama prefiere, más que otros ru­miantes, forrajes altos y fibrosos, mientras que la alpaca muestra una mayor predisposición a usar forrajes que crecen en terrenos húmedos. Estas ob­servaciones sobre las conductas selectivas de las llamas inducen a pensar que este animal está adap­tado a ambientes áridos, al revisar la distribución actual de la llama en Sudamérica, se puede apreciar que su mayor población se encuentra en la puna seca de Bolivia (70% de la población mundial), por otro lado se ha visto que estos animales en suelos húmedos presentan diversas patologías (Sumar, ci­tado por San Martín y Bryant, 1987).
Al comparar la selectividad de las 3 especies, se puede observar que los ovinos son los animales más selectivos y las alpacas ocupan una posición inter­media entre ovinos y llamas (San Martín, 1987). La alpaca sería un animal altamente adaptable, varian­do su selectividad de plantas en los forrajes nativos, de acuerdo a su disponibilidad. Así, cuando la disponibilidad de gramíneas es alta, y la disponibilidad de herbáceas y plantas parecidas es limitada, las gramíneas representan la mayor parte de la dieta. Por otro lado, cuando la disponibilidad de las herbá­ceas es alta, ellas son constituyentes importantes de la dieta. Estudios de complementariedad entre es­pecies para manejos de pastoreo, sugieren que la llama y ovinos ofrecen la mejor alternativa de utili­zar eficientemente el recurso forrajero, mientras que la alpaca parece ser más adecuada para la utili­zación del pastizal como una sola especie animal.
Informacion de la Revista “Avances Veterinarios” Univ. De Chile

El guanaco, según Raedecke (1978), muestra una mayor utilización de árboles y arbustos en los meses de invierno, ya que el resto de la vegetación se encuentra cubierta por la nieve. Ortega (1985), determinó en Torres del Paine que estos animales ejercen una alta preferencia por gramíneas y las especies arbustivas sólo son consumidas cuando la estrata herbácea se encuentra cubierta de nieve. En síntesis, el guanaco no es un animal especializado en la selección de su dieta, debido a que en la Patagonia, carece de presión de otros grandes herbí­voros silvestres. La llama por otro lado parece estar en el grupo de los rumiantes clasificados como consumidores de forrajes fibrosos y secos. La alpa­ca de acuerdo a su comportamiento alimenticio estaría catalogado como un animal oportunista y clasificado dentro del grupo de los herbívoros inter­mediarios en la selección de forraje, este animal se caracteriza por utilizar una amplia variedad de tipos de vegetación.

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